El Elevator Pitch es un tipo de discurso que se utiliza en el mundo del emprendimiento. Este término hace referencia a una situación hipotética que se convirtió en arquetipo. Esta situación sitúa al emprendedor que va a subir en un ascensor con un inversor y dispone únicamente del tiempo en el que están ambos utilizando la cabina para hablar con dicho inversor y convencerle de que participe en su proyecto. Este tiempo es aproximadamente de un minuto, por lo que hay que cuidar muy bien el qué y cómo se dice puesto que cada segundo es importante. Con esta situación en mente se generó el concepto de Elevator Pitch como forma de crear, estructurar y realizar un discurso que tiene varios objetivos. El primero de ellos es explicar en qué consiste la idea del proyecto, la segunda, despertar el interés de la audiencia sobre la misma y la tercera, y más importante, presentarlo de forma atractiva para que la audiencia quiera implicarse y participar en la misma.
Así pues, con estos conceptos en mente, Raquel Aullón realizó un taller presencial en la Casa del Estudiante, a los participantes del programa CORE el miércoles, 27 de abril. Durante el taller, Raquel Aullón estuvo explicando los elementos fundamentales a la hora de elaborar este discurso. El primero de ellos es estructurar el discurso, comenzando con un inicio que despierte el interés. Este inicio puede ser contar una situación, un problema o aportando un dato impactante que ayude a este fin. Luego es importante llevar la situación al producto o servicio que se quiere ofrecer. Como se ha ido utilizando a lo largo del programa CORE la metodología Lean que se basa en un enfoque problema/solución, se busca que las ideas de los participantes sean expresadas de esa forma, con especial hincapié a no entrar en la parte más técnica sino en la parte más comprensible, de modo que el discurso plantee una necesidad y se ofrezca una solución. Y, por último, dar un cierre que genere interés porque el objetivo del Pitch no es contarlo todo, sino generar el interés para una segunda sesión donde se podrá explicar más calmada y detalladamente.
Tras estructurar el discurso, hay que practicar la puesta en escena. El ser humano primero procesa las imágenes, luego los sonidos y, por último, las palabras. Concretamente, el lenguaje corporal supone un 55% de la labor de comunicación. Gestos como tener las manos abiertas, mantener una posición firme, evitando la rigidez y el movimiento extremo que denote nerviosismo van a ser fundamentales a la hora de persuadir. Luego, un 38% del mensaje recae en la voz: modular correctamente la voz, volumen, dicción, claridad, entonación son ítems por cuidar puesto que da mucha información sobre el interlocutor. El resto, un 7% corresponde al discurso propiamente dicho. Por eso, en la oratoria, es más importante el cómo que el qué se dice.
Durante la sesión se estuvo realizando numerosas dinámicas en las que los participantes tenían que pensar y exponer las fortalezas y debilidades de cada uno para resaltar los puntos más fuertes y cuidar o limar las debilidades a la hora de realizar un pitch. Asimismo, también se realizaron numerosas dinámicas para exponer las ideas de cada uno de los participantes y que de forma conjunta, entre los participantes, se compartieron impresiones con el fin de mejorar los pitchs de cara a la final de la CORE Challenge.