Producto Mínimo Viable

Continuó el programa formativo de CORE el miércoles, 12 de mayo con el taller de “Producto Mínimo Viable” impartido por Juan Martínez. Este taller muestra la importancia del desarrollo de un Producto Mínimo Viable con el cual el emprendedor pueda conseguir validar su idea de negocio. Pero antes de llegar a ese estado, Juan Martínez, explicó los distintos pasos a seguir.

El primero de ellos es la creación de un prototipo. El objetivo del prototipo es conseguir con el menor coste poder mostrar a alguien el producto o servicio y poder recabar información de su reacción e impresión. Es vital la parte del menor coste ya que se trata de una herramienta de aprendizaje y no de desarrollar un producto final que no garantiza el éxito. Algunas de estas herramientas de prototipado pasan desde el storyboard, el mockup, los diseños en papel y/o cartón hasta las impresiones en 3D.

Una vez que ya se ha trabajado el prototipo y se ha podido validar con las impresiones de los usuarios y los clientes, se puede seguir trabajando para añadir las sugerencias o los cambios que se han conseguido con el primer prototipo. Esto forma parte del proceso de iteración y llega como resultado al producto mínimo viable. El producto mínimo viable supone el resultado del proceso de iteración y validación del prototipo y lleva a poder enseñar un producto o servicio con el número de características mínimas imprescindibles para poder ver cómo funciona y, así, volver a recibir retroalimentación por parte de los usuarios y/o clientes.

Tras conseguir validar el producto mínimo viable, se pasaría al siguiente estado: la creación de un producto mínimo vendible. Esta variante del producto mínimo viable ya no solo se conforma con mostrar las características y funcionalidades mínimas para verlo funcionar, sino que además incluye las características y funcionalidades mínimas por las que un cliente o un usuario estaría dispuesto y va a pagar.

Con esos tres pasos en los que el propio Juan indicó, con sentido del humor, que poco a poco hay que ir pasando de la vergüenza de enseñar el prototipo al orgullo de vender el producto mínimo vendible, un emprendedor puede validar la propuesta de valor de su modelo de negocio. Una de las formas de vender y/o mostrar estos pasos es a través de las landing-pages, páginas webs que sirven de escaparate y que contienen la información justa y necesaria para el cliente y que permite el feedback de los mismos.

De este modo, tras la parte teórica, los emprendedores fueron mostrando las landing-pages que habían desarrollado, recibiendo opiniones e impresiones del profesor. Ahí se pudieron analizar y ver qué aspectos pueden mejorar en cada uno de ellos. Algunos ejemplos de correcciones podían ir desde la falta de claridad a la hora de exponer la propuesta de valor a la rapidez con la que pasan los distintos slides de la portada de la web.

Durante el transcurso de esta dinámica se analizaron más de 5 landing pages de proyectos de diferentes productos y/o servicios que hizo que el taller terminase 30 minutos más tarde de la hora fijada y recibiendo muy buenas impresiones por parte de los asistentes.

Esta actividad ha sido parcialmente subvencionada por el Instituto de Fomento de la Región de Murcia a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), dentro del Convenio de Colaboración INFO-UPCT para la ejecución del Programa de Actividades de Emprendimiento en la Universidad de Politécnica de Cartagena, a través de la Cátedra Santander Emprendimiento y la Oficina de Emprendedores y Empresas de Base Tecnológica. 

 

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